Eran muchos años que el pueblo estuvo en Egipto 430 años, en todo este tiempo ellos aprendieron a depender de la fuerza de los egipcios y no de Dios.
Si los llevaba por el camino corto el pueblo no tendría el tiempo suficiente para conocer a Dios el que los libero de la esclavitud.
El pueblo israelita había visto muchos milagros de parte de Dios:
1. El mar rojo se abrió y ellos pudieron pasar. Éxodo 14: 21 “Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas.”
2. Las aguas amargas se hicieron dulces. 15: 25 “Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;”
3. Del cielo llovió pan y carne. 16: 15 “Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.”
4. De una peña salió agua para saciar su sed. 17: 6 “He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.”
Pero a pesar de tantas cosas maravillosas que tuvieron que vivir todavía les costaba depender de Dios. Nada diferente a lo que podemos experimentar en el cristianismo moderno, todos los días recibimos milagros de parte de Dios pero nos cuesta depender de él.
El pueblo había vivido muchas experiencias con Dios en el área de sobrevivir, Dios les proveía de todo lo necesario. Ahora era tenían que pasar otra prueba más. El depender de Dios en la guerra. El pueblo estaba a punto de tener su primera confrontación. Éxodo 17: 8 “Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.”
Es inevitable que todos tengamos nuestras propias luchas. Tentaciones, mal genio, impaciencia, adiciones. Etc.
Que hacer para superar esas luchas que tenemos que vivir a diario:
1. Disponerse a pelear. V 9 a “Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec;”
2. Subir al monte de Dios, el templo, el oratorio, un lugar donde podamos estar en la presencia de Dios. Etc. V 9 b “mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano”
3. Orar al padre celestial. Esto es depender de Dios. V 11 “Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.”
4. Insistir en la oración. V 12 “Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.”
5. creer que el que pelea por nosotros es Jehová de los ejércitos. Nosotros solo disponemos nuestro corazón. Dios lo hace todo. Éxodo 14: 14 “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” Estar tranquilos no significa portarnos de manera fresca e irresponsable. Significa más bien que podemos actuar o trabajar convencidos que Dios nos ayuda.
Entre más sea la agonía o el problema que estemos pasando mas debemos orar. Lucas 22: 44 “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.”
La única forma de vencer nuestras luchas, nuestras tentaciones es a través de la oración. Mateo 26: 41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”
Recuerda la combinación perfecta para destruir las artimañas del diablo es la oración y el actuar, si tu y yo tomamos la decisión de pelear Jesucristo nos da la victoria, es el mismo quien pelea por nosotros.
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